Consumido en su lúgubre llanto, su mente se perdía más y más, atrapado en su propio ser, parásito de sí mismo, voces en su recuerdo, luz en su olvido, rostro sin expresión...
así dijo un lector: "como un puñal que sangra miel"
Mientras tanto en lo más oscuro de la selva dormía feliz y sonriente, pero por dentro gritaba, el sol de su alma se había apagado y la oscuridad de su ser ya la tenía en su poder, solo la eternidad podría salvarla...
En eso sigo, solo traduzco a palabras las imágenes que se me vienen a la mente, o eso creo...
3 comentarios:
WoWWWW!!! somos parásitos de nosotros mismos?
Siempre agradecido por tenerte cerca!!!!!
En el Infierno nos volveremos a encontrar!
Sí, lo somos...
y sí, a mi también me gustaría encontrarte por esos sitios algún día....
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